Publicado por: Universo Económico - Agosto de 2000 - Año 10, N° 54
Autora: Nora Fusillo

Como resultado de tres años y medio dictando seminarios de Reinserción Laboral en el PARP (ahora unido al Programa de Educación Continuada en la Escuela de Educación Continuada), la autora de este artículo aporta una serie de conclusiones que pueden ser de utilidad para atender y prevenir los problemas que estos nuevos tiempos de desafío nos presentan a todos.

El objetivo de esta propuesta es reconocer las posibilidades de nuestra formación, de múltiples facetas y tan abarcativa en su integración multidisciplinaria, y destacar la ductilidad de esta profesión para enfrentar y hasta desafiar las turbulencias del nuevo milenio.

 

Empezaré describiéndoles desde mi perspectiva tres aspectos que llaman profundamente mi atención.

 

Búsqueda de apertura humanística en la capacitación

 

A muchos de los participantes que asisten a mis seminarios del Consejo -tanto en el PARP como en los cursos de Calidad de Servicio del PEC (hoy unidos bajo el nombre de Escuela de Educación Continuada)- les parece atractivo encontrar este enfoque humanístico, comunicacional y relacional, más allá de lo estrictamente técnico.

 

Este grupo manifiesta su búsqueda en el sentido señalado, que vive como falencia de nuestra formación profesional, y valoriza mucho el que nuestra institución incursione ahora en ello.

 

Con mucha sorpresa dicen que este ofrecimiento les parece más interesante que cualquier otro del mercado por la afinidad que hallan aquí con el grupo y la sensación de pertenencia a "su casa", que se va ganando con el correr de los días, y que no podrían haberlo imaginado antes.

 

Desvalorización de la imagen profesional

 

Para mi sorpresa, aun aquellos profesionales que han sido exitosos en el pasado sostienen creencias que connotan una falta de valorización de su carrera en comparación con otras del mercado. Entiendo que esto es consecuencia de tratar en forma descalificante todo aquello asociado a lo económico, por lo tanto a lo material, en comparación con lo filosófico y espiritual. Me parece importante señalar este tipo de posiciones de las cuales nos cuesta hablar como paso de sinceramiento a partir del cual podremos trabajar más efectivamente para revertir desde nosotros mismos esa proyección, que sí podemos percibir claramente afuera y que no es solucionable solo con la jerarquización que ya logramos al usar el título de Doctor.

 

La vocación abandonada

 

También es bastante generalizado el síndrome de haber elegido una carrera de Ciencias Económicas para "ganar dinero", ya sea por voluntad propia o bajo la presión familiar, hipótesis que está lejos de verificarse en sus casos justamente por quebrantar su vocación.

 

Propuesta

 

Frente a este panorama, sumando a la presión de los cambios tecnológicos y del mercado actual, creo necesario que trabajemos en conjunto revalorizando el rol de nuestro profesional de Ciencias Económicas, no solo para cambiar la imagen de la sociedad, lo que efectivamente venimos haciendo desde este Consejo, sino en forma más profunda, atendiendo las dudas o inseguridades que -como es natural en épocas de crisis- afloran con más facilidad.

 

Este es el momento y la oportunidad en que todos podemos colaborativamente generar un nuevo espacio creativo para nuestra profesión, cambiando los paradigmas, redescubriendo nuestras posibilidades de innovar y conectando el espíritu entrepreneur de cada uno.

 

Más allá de los que se acercan a estos cursos, existen seguramente colegas que no han dado ese paso porque les resulta muy duro a pesar de que lo necesitan, y un número potencial importante en situación de riesgo, que podría estar en la actualidad trabajando más efectivamente para prevenir la caída de clientes y, en general, recortes a su situación laboral actual.

 

La buena noticia: la ductilidad insospechada de nuestros profesionales para este nuevo enfoque.

 

Al empezar a dictar los cursos yo creía que esto era en mi una vocación atípica dentro de nuestra formación y me consideraba una rara avis. Sin embargo, trabajando con colegas e investigando en la plaza sobre seminarios similares, descubro que en todo lo que se trate de demanda de espiritualidad andamos, sino a la cabeza, por lo menos en los primeros puestos, junto con abogados e ingenieros. Esto no ocurre por casualidad.

 

Las razones son variadas e incluyen la necesidad de balance y complementariedad con el mundo de los números, y de superar supuestos prejuicios varios de nuestra profesión.

 

A partir de aplicar con éxito en los seminarios el Modelo de Transformación, observando la gran receptividad y ductilidad de nuestros colegas, descubro que en realidad hay motivos aún más profundos y sólidos para esta búsqueda y su experimentación satisfactoria.

 

Nuestro pragmatismo, nuestra posibilidad de generar un balance armónico y razonable sobre la realidad, de fijar un marco de acción preciso y respetarlo, de utilizar el criterio de relevancia y priorizar con facilidad, de establecer ejes y planificar en consecuencia, de ordenarnos y organizarnos para alcanzar fines, junto a la sabiduría de nuestros enfoques, nos acercan maravillosa y fácilmente a los resultados buscados. A la par, estas condiciones, sumadas, nos colocan en una posición privilegiada en el contexto profesional.

 

Parecería que los principios y la metodología de nuestra profesión, aplicados con criterio y sentido común, son un cierto pasaporte de ingreso natural para transitar el camino que requiere el mundo actual.

 

Plus personal

 

Está comprobado que existen colegas que tienen excelentes notas en sus carreras, pero sin un correlato en sus resultados en el desempeño profesional debido a factores comunicacionales y de carencias en el plano de lo que hoy se denomina "inteligencia emocional". En este sentido, es posible advertir la importancia de difundir los nuevos enfoques para la formación personal, que son imprescindibles adicionar para completar la formación técnica. Aunque esta sea excepcional, es insuficiente para los tiempos que corren.

 

A continuación presentaremos algunos conceptos para profundizar en el camino de expandir nuestro plus personal, que constituye el capital innovativo y diferencial con el que contamos.

 

Inspiraciones para comenzar a profundizar

 

Indagar sobre estos puntos específicos es una manera para, desde lo particular, entrar en lo general del Modelo. Así, por ejemplo, podemos trabajar:

 

- La gestión orientada al cliente con todo lo que implica desde la escucha, el colocarse en el lugar del otro para comprender qué datos y qué forma de presentación simple y clara necesita según su formación, ayudaría no sólo a revalorizar y jerarquizar nuestra profesión en el mercado, sino a producir un crecimiento efectivo de nuestra masa de atención, a veces en manos de otros intermediadores (abogados, ingenieros, etc.). Relación cobro con calidad de servicio, técnicas de negociación y resolución de conflictos, entre otras.

 

- Liderazgo rotativo y móvil. Inserción efectiva en equipos de trabajo. La práctica del ganar - ganar.

 

- Marketing cooperativo, de vinculación y complementación. Estudios interdisciplinarios, Joint ventures.

 

- Armonización de estilos de personalidad. Desde lo individual hasta el grupo de trabajo, área, total empresa (requiere software específico).

 

- El estudio profesional con espíritu entrepreneur. Individuos y organizaciones y exitosos con calidad de vida. Antiestrés.

 

- Revisión de la ética en la actuación desde la calidad del servicio. En mis cursos surgen ejemplos y anécdotas que denotan debilidades notables en esta formación, por lo que, hoy más que nunca, los seminarios específicos para clarificar y reforzar esta postura serían importantes frente al deterioro social y el descreimiento.

 

Estoy firmemente convencida, porque los resultados así lo avalan, de que nuestra "logística" de pensamiento y formación "conspira" a nuestro favor; y de que la podemos compartir desde nuestro trabajo cotidiano con los clientes y la comunidad en general, contribuyendo así al crecimiento social sostenido.